Resulta obvio que, dependiendo de nuestro entorno, nuestro pensamiento se forma de una forma u otra. De ser local a ser internacional pensando, hay muchos pasos que no todo el mundo da. Pero de esta capacidad para abrir la mente en abanico y ver las miles de posibilidades que hay en este mundo a cerrarse en banda, para no ver mas allá de lo local o lo que nos rodea, creamos arte, no solo actualmente sino en todas las épocas de la humanidad. Las tendencias que vemos, las modas, diseños,…etc… son cambiantes para unos mismos usos dependiendo donde estemos en el planeta. Pero algo no ha cambiado y es lo que quiero hacer ver. El egoísmo fomenta negocios en el planeta y diversos artistas son requeridos para hacer trabajos que no solo no deberíamos secundar sino que no son el ejemplo a seguir si nos atenemos a que el arte debería cumplir al menos una sola regla moral. La de ser limpio, honesto y exponente de la capacidad de cambio social que siempre se le ha dado. Sin esto solo se es una pieza mas en las manos de personas que solo piensan en negocio. Y negocio no va atado a valores humanos ni necesariamente a un bien social. Digo que desde el arte no se debería contribuir al mal. Al menos esto es lo quiero razonar. También os hablaré de los pigmentos, sus orígenes desde los primeros humanos que los descubrieron y su actualidad. Sus bienes y peligros.
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