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día 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, cuyo origen se encuentra en el año 1975, cuando se celebró el Seminario Internacional de Educación Ambiental en Belgrado. En tal evento participaron expertos de más de 70 países y se sentaron las bases de de lo que denominamos Educación Ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas.

Cuarenta y dos años después muchas personas siguen sin contagiarse demasiado de la esencia de esta materia. Y es que lo ven precisa y únicamente como eso, una materia más que pretende teorizar sobre un área concreta. Ese es el principal error, pues la Educación Ambiental es un proceso dinámico y participativo que intenta que la población actúe bajo el influjo de una conciencia que le lleve a respetar el medio en el que vive, tanto a nivel local como mundial.

Así mismo, con esta materia se quieren divulgar conocimientos que generen una conciencia que nos permita sentir aquello que nos rodea como algo tan propio como de todos los seres humanos que habitan el planeta y de aquellos que están por venir. Es por ello que es esencial el mimo con el que se trata cada milímetro de espacio que tenemos a nuestro alrededor, granito de tierra o ser vivo o inerte que podemos observar.

Con todo, hoy hemos querido acercar a aquellos que nos lean la original iniciativa de Urban Ciclo Albacete. Se trata de un servicio de mensajería que implanta sistemas más eficientes y alternativos al reparto de mercancías actual en vehículos motorizados. Para informarnos acerca de este fantástico proyecto comprometido con el medio ambiente, Línea Verde ha podido hablar con Jorge, responsable de Urban Ciclo, un chico cuya convicción personal se creó, según nos cuenta, desde muy pequeño.

Jorge nos explica que estudió A.D.E. en la UCLM en Albacete, y se incorporó a la empresa familiar desde muy joven hasta el 2013, hasta que sus caminos se separaron para poder crear esta realidad.

Relata que ya era Scout desde muy joven y que le enseñaron valores como el cuidado de la naturaleza, el compañerismo y el respeto a los demás. Pero, tal y como cuenta, en esa época sólo se dedicó a disfrutar de ello. Más tarde fue consciente de que podía poner su granito de arena para mantener eso de lo que había disfrutado. Pero no sólo en la naturaleza, sino también en la ciudad.

Jorge comenta que, con cierta nostalgia y tristeza, recuerda cuando de niños podía bajar a la calle a jugar al fútbol y la puerta de un garaje era la portería. Si venía un coche, paraba y no había peligro. Ahora, reproduciendo las palabras de Jorge, “es impensable dejar a tu hijo solo en la calle haciendo lo mismo con el tráfico que hay, a las velocidades a las que se circula y el estrés con el que vivimos”.

Después de navegar por vuestra web y ver un poco en qué consiste vuestro proyecto, nos gustaría que nos hablaseis en primera persona y con más detalle sobre la función de Urban Ciclo. Y, por favor, resumidnos un poco cómo es el día a día en vuestra empresa.

Gracias a este servicio de mensajería tan especial llevamos de punto “A” a punto “B” cualquier cosa susceptible de ser transportada gracias a la flexibilidad que nos dan nuestros medios de transporte (principalmente bicis de carga o cargobikes) ofreciendo un servicio rápido y con el valor añadido de ser sostenible: Sin contaminar, sin ruidos, sin atascos.

¿Cuándo y por qué nace Urban Ciclo?

Nace en 2014.

Albacete es una ciudad muy cómoda para moverse en bicicleta, ya que, por sus dimensiones, se está colapsando de vehículos. Por eso quisimos abarcar muchos servicios para llevar a cabo con la bici y ofrecerlos en una misma empresa.

Desgraciadamente, por circunstancias, tuvimos que empezar por una pequeña parte que es la mensajería. En un futuro intentaremos dar una mayor amplitud al proyecto para potenciar el uso de la bici en la ciudad y cambiar cultura y comportamientos.

¿Qué tipo de profesionales conforman vuestra plantilla? ¿Cuántos profesionales hay en la misma?,

pues entendemos que para llevar a cabo la actividad que realizáis se necesita una buena cantidad de recursos humanos, y económicos claro.

En estos momentos somos tres trebajadores constantes y, en épocas puntuales, contamos con un cuarto integrante. Somos personas unidas al mundo de la bici de toda la vida.

Nuestro compañero Miguel, que viene de familia ciclista (Rumbo), este año ha completado todas las carreras del circuito BTT; y Raúl “Master” es un excelente mecánico, restaurador de bicis y ciclista urbano por excelencia. No tiene carnet de coche, ni lo necesita. Lleva toda la vida moviéndose en bicicleta por la ciudad.

En cuanto a las bicicletas que constituyen vuestra principal herramienta de trabajo, ¿cuántas soléis tener circulando cada día?

Actualmente contamos ya con tres bicis de carga, que además nos patrocina Ingeteam (multinacional líder en energías renovables con sede en Albacete), y alguna de carretera de apoyo en momentos pico de trabajo.

¿Cuáles son las ventajas del tipo de mensajería que vosotros realizáis?

Muchísimas. La primera, la movilidad. En ciudades colapsadas por tráfico urbano puedes moverte como pez en el agua con una bicicleta. No necesitas buscar aparcamiento, no contaminas, tienes menos gastos de mantenimiento, y las cargobikes tipo Long John que usamos nos dan más capacidad de carga de la que tiene cualquier moto.

¿Con qué objetivos principales se lleva a cabo esta iniciativa?

Como hemos dicho, pretendemos cambiar cultura y comportamientos en la ciudad. Ser ejemplos a seguir. Unos tipos que van en bici incluso nevando, con frío y lluvia llevando a sus hijos al cole en bici, demuestran que cualquiera puede.

Queremos contribuir a que la ciudad sea mejor, devolviendo espacios a las personas para hacer una ciudad más accesible y limpia.

¿Os transmiten los usuarios del servicio su satisfacción por el mismo? ¿Qué feedback tenéis de ellos?

Las empresas suelen hacer hincapié en que la rapidez de nuestros servicios les da una gran ventaja respecto a su competencia y que el hecho de no tener que hacerlo ellos mismos les permiten dedicarle más tiempo a sus negocios. Esa es la esencia, la verdad.

Los particulares nos hablan de lo cómodo que resulta que alguien les “ceda” ese tiempo. Tanto es así, que la mejor labor comercial es que ellos mismo nos recomiendan a otros. Así se suman los nuevos clientes.

¿Puede decirse que la esencia de Urban Ciclo lleva intrínseco un marcado carácter medioambiental?

Totalmente. No contaminamos. La contaminación atmosférica mata al año a 20 veces más personas que los accidentes de tráfico. Sin contar la contaminación acústica, que todos sabemos el daño y molestias que causa. Esta última se oye y por eso la gente es más consciente. En cambio, como la contaminación atmosférica no se ve, muchos parecen no hacer tanto caso.

También consumimos menos recursos energéticos en comparación con los vehículos motorizados, tanto en la fabricación como en el mantenimiento.

¿Creéis que es compatible el respeto al medio ambiente con una rentable actividad económica por parte de las grandes empresas?

Claro. No están reñidos. Se puede ser rentable sin contaminar el medio ambiente. Un claro ejemplo son las energías renovables. Baratas y limpias. No hay necesidad de consumir recursos ni de fabricar energía costosa y contaminante.

Sólo hay que crear una cultura que lleve a consumir productos más limpios, como puede ocurrir con el aumento del consumo de bienes ecológicos que se da, sobre todo en el centro de Europa. En tales países están concienciados e invierten en ello y nos llevan años de ventaja. Únicamente es necesario ver cómo se mueven por sus ciudades, en bici por supuesto. –ríe-

¿Consideráis importante la labor ejercida por las empresas del sector industrial para el avance de la sociedad? ¿Pensáis pues que un buen nivel de desarrollo está reñido con el cuidado del entorno?

Pues poco a poco, y por desgracia por obligación, la industria se está concienciando de que hay que hacer las cosas de otra manera teniendo en cuenta el medio ambiente. Va a ver una revolución industrial en este sentido. El claro ejemplo es el de los vehículos eléctricos. Cada día se van a ver más, aunque insistimos en que ésta no es la solución en las ciudades. Los atascos, aun siendo eléctricos, se van a dar, sin contar con que no sabemos cómo reciclar los miles de millones que se van a ir generando, y no olvidemos que siguen siendo contaminantes.

Por la misión que lleváis a cabo, comprendemos que sois una organización conformada por personas comprometidas con el medio ambiente y por el equilibrio entre el desarrollo y el cuidado del entorno natural en el que vivimos. ¿Podéis lanzar un mensaje al respecto a la población?

Pues decirles que el planeta no nos necesita, pero sin embargo nosotros a él sí. Así es que, pensando sobre todo en las generaciones futuras, hay que cambiar el chip e ir empezando a concienciarnos de ello.

Se puede comenzar por hábitos fáciles. Ya reciclamos y lo vemos como algo normal y sistemático. Moverse en bici es igual. Es fácil, saludable, rápido y barato. Todo es empezar, y no volverlo a dejar –dice sonriente-. Poco a poco y mejorando como personas con nuevos objetivos.

Y al final de la entrevista, este comprometido profesional nos habla como padre que es y afirma haberse dado cuenta de que tenía una gran responsabilidad en el futuro de sus hijas. “Quiero que vivan en una ciudad un poco mejor, así que hacemos lo poquito que podemos, que aun siendo poco, todo suma”, asegura.

Con Enrique Santamaria de Radio Sapiens XXI

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