Son sólo dos palabras y, sin embargo, hay padres y madres y maestros a los que les cuesta mucho pronunciarlas. Quizás no se las dijeron a ellos de pequeño o quizás no le dan el valor suficiente.
Estas son las dos palabras que, en ocasiones, cuesta tanto pronunciar pero que tienen unos efectos tan positivos y beneficiosos para los niños y niñas que deberíamos decirlas todos los días.
Te mostramos 10 formas de decirlas sin pronunciarlas, pero sabemos que -afortunadamente- hay muchas más. ¿Has dicho hoy alguna de estas?.