El final de la ola de la ómicron en Europa no parece cercano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre las próximas seis y ocho semanas, la mitad de la población del continente se contagiará con esta variante de coronavirus. Así lo ha asegurado este martes Hans Kluge, director de la OMS en Europa, basándose en datos del Instituto para la evaluación y las métricas de la salud (IHME, por sus siglas en inglés).
La velocidad del avance del virus no tiene precedentes después de casi dos años de pandemia. El lado positivo es que más de la mitad de las personas que se infectan son asintomáticas y que las altas tasas de vacunación y las mutaciones están provocando mucha menor letalidad y porcentaje de hospitalización que en olas precedentes. Sin embargo, el altísimo número de contagios hace prever a la OMS que los sistemas sanitarios van a verse en apuros durante las próximas semanas.
El hecho de que haya millones de personas contagiándose durante estos días (siete millones la semana pasada) ocasiona que un pequeño porcentaje de ellas pueden suponer una amenaza para el sistema. Pero además, muchos de los infectados serán sanitarios, con mayor exposición al virus, lo que impedirá que el personal de los hospitales esté al 100%.
En este escenario, Kluge ha insistido en que la prioridad máxima de los gobiernos debe ser ahora proteger a las personas más vulnerables y proporcionarles la dosis de refuerzo de la vacuna si todavía no lo han hecho. En segundo lugar, ha recomendado preservar en lo posible la salud de los sanitarios, tanto física como mental, para que puedan enfrentarse en las mejores condiciones a esta nueva ola.
El responsable de la OMS en Europa también ha hecho hincapié en la necesidad de mantener, en lo posible, los colegios abiertos. “Deberían ser lo último en cerrar”, ha dicho. Para continuar con las clases presenciales ha recomendado maximizar la ventilación y el uso de las mascarillas, tanto por alumnos como por profesores. Sin embargo, ha asumido que las altas tasas de contagio provocarán que muchos niños y docentes se infecten, por lo que la presencialidad no siempre va a ser posible. Ante esta situación, ha recomendado preparar los sistemas para continuar la enseñanza de forma telemática.Tanto Kluge como sus colegas han descartado un escenario próximo en el que la covid sea una enfermedad endémica. “En mitad del manejo de la crisis tenemos que ser muy cautos con las predicciones sobre el futuro. Una de las cosas que todavía no conocemos es el vínculo de las infecciones con la covid persistente, por ejemplo”, ha advertido. Para ello, la transmisión se debería estabilizar y mostrar patrones más predecibles, algo que no ha ocurrido aún.
Para minimizar el impacto de esta ola de ómicron, los responsables de la OMS han recomendado a los países de la región que maximicen el uso de mascarillas, eviten la proliferación de eventos masivos y potencien la ventilación en interiores. Y han hecho hincapié en que las personas vulnerables eviten, en lo posible, lugares públicos cerrados, donde se ha demostrado que el contagio del virus es más probable.
“El mantra debería ser: vacunación para quien no la haya recibido, dosis de refuerzo a los más vulnerables, incremento del uso de la mascarilla, ventilación en recintos cerrados y aplicar los nuevos protocolos clínicos en los tratamientos a los enfermos”, ha dicho Kluge, quien ha pedido a los gobiernos que faciliten a sus ciudadanos el uso de pruebas diagnósticas asequibles, que deberían ser priorizadas en las personas más vulnerables a sufrir complicaciones graves por culpa de la covid.