Las ambiciones pueden ser virtudes y también muy peligrosos defectos. Uno tiende a anhelar a ser por ejemplo, mejor persona cada día no solo consigo mismo sino con los demás; a tratar de ser perseverante, con espíritu de superación en su trabajo cotidiano; a tener ambiciones de la forma más sana posible para lograr unos objetivos, es decir unos sueños. Hay, en cambio personas que utilizan esa misma ambición para daño a sus semejantes, para alcanzar espurea y deleznablemente, por ejemplo el poder, para acrecentar más su ego y manipular a su antojo a quienes le rodean. Esto lo podemos ver en “CAZADORES DE AMBICIONES” genuina y genial narración de una magnífica escritora, que se llama como el personaje de una de las sublimes óperas del excelso compositor italiano Giussepe Verdi: Aida, AIDA DEL POZO. En esta narración podemos ver como es el estilo literario de AIDA DEL POZO: romántico, duro, dramático, apasionado, intrigante, con suspense, misterioso; lleno en ocasiones de amor y de comicidad.
AIDA DEL POZO juega muy bien con el lector, no solo atrayéndole y atrapándole desde el principio sino inoculándole muy excelentemente el enigma, el sobresalto y la crudeza de los personajes y de las situaciones que ellos viven. Tanto en “EL SILBIDO DE LA SERPIENTE, ” EL DÍA QUE PERDÍ MI SOMBRA como en “CAZADORES DE AMBICIONES”, que será principalmente el libro suyo del que que hablaremos esta tarde fría- ¡qué pena sigue desgraciadamente sin llover!- del último lunes de este mes de noviembre amigas y amigos en, por supuesto “LETRAS ENCADENADAS”
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