Ética, confianza, justicia, transparencia, coherencia, son elementos clave para el progreso y desarrollo de las organizaciones del siglo XXI. Conceptos cada vez menos teóricos y más implantados en la práctica de los negocios, en la forma de dar servicio o de atender a las necesidades de unos ciudadanos también más responsables. En las empresas cada vez más internacionalizadas, este nuevo paradigma exige a las multinacionales nuevos roles y compromisos con asuntos como la promoción de los derechos sociolaborales, el respeto a los derechos humanos o incluso en temas relacionados con la paz o los conflictos de las zonas o países donde operan.
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