Esta semana vamos a hablar del maltratador, la persona que hace posible que haya víctimas, el responsable de que exista esta lacra, el origen del problema y, paradójicamente, la variable que menos recursos recibe para ser neutralizada. Haciendo un paralelismo simbólico, es como si tuviéramos una presa de agua con una grieta en su muralla e invirtiéramos todo nuestro dinero en intentar movilizar a los pueblos situados en el valle para que el agua que sale por la grieta no los dañe, en construir murallas en las calles que frenen el avance del torrente, en comprar bombas de agua y camiones cisterna que la recojan, en crear campañas publicitarias para que los vecinos denuncien el acecho de la corriente, en construir casas nuevas donde llevar a los vecinos más expuestos… Y sin embargo, no destinásemos apenas presupuesto en sellar la grieta en la presa. Pues algo así sucede con el fenómeno del maltratador y hoy trataremos de entender por qué se destinan tan pocos medios en investigar y tratar la personalidad maltratadora, pero también veremos algunas propuestas que hagan viable elaborar protocolos y terapias más eficaces que las actuales para la reinserción de agresores. Porque sólo de este modo será posible la prevención, logrando una reducción visible y sostenida del número de víctimas.
[computer_tablet][/computer_tablet]
[mobile][/mobile]