Dos accidentes la dejaron en silla de ruedas con dolores horribles. Tenía dos opciones: lamentarse el resto de su sufrida vida… o “controlar” ese dolor. Descubrió el mindfulness. Hoy, Vidyamala, transpira una sonrisa allá donde va -y viaja mucho- porque, como ella dice, el dolor aparece… pero ella no lo sufre. Descúbre cómo!!
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Nos lo pasaremos genial!!
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